Migraciones apuesta por resolver rezago de 305 mil solicitudes de residencias y gobierno anterior crítica aplicar “modelo boliviano”

Inversión de recursos para mejorar los procedimientos y aumento de personal son algunas de las medidas que está tomando el Servicio Nacional de Migraciones para hacer frente al “rezago histórico” de 305 mil solicitudes de residencias definitivas pendientes, de modo de resolverlas este año, según se comprometió el director de esa entidad, Luis Eduardo Thayer.

El personero explica que la principal causa detrás de la sobrecarga son los dos procesos de regularización extraordinarios que hubo en 2018 y 2021, cuando a las personas se les entregaron residencias de carácter temporal.

“Lo que ha ocurrido es que se aumentó significativamente la exigencia al servicio sin aumentar en una proporción similar sus capacidades”, dice Luis Eduardo Thayer, director del Servicio Nacional de Migraciones.

Lo anterior, dice, redundó en el corto plazo en solicitud de las definitivas. “Lo que ha ocurrido es que se aumentó significativamente la exigencia al servicio sin aumentar en una proporción similar sus capacidades”, advirtió.

Ante este escenario, Thayer señala los volúmenes y capacidad de tramitación han aumentado de manera “significativa”.

En 2022, se tramitaron casi 100 mil residencias definitivas, lo que contrasta con las 20 mil de 2021. Y, en paralelo, las temporales llegaron a 250 mil, más que las 100 mil del ejercicio previo.

Para hacer frente al stock pendiente de solicitudes de residencias definitivas, el programa especial implica una inversión de casi $ 1.000 millones para 2023, que se destinarán principalmente a las capacidades de personas y analistas.

Además, se está trabajando en mejoras de las condiciones de las analistas con el fin de “reducir la tasa de rotación que en el caso del servicio es bastante alta, lo que hace que se generen dificultades en la tramitación”.

Actualmente, 123 personas están destinadas al análisis de visas y residencias: 67 para el análisis de residencias temporales y 56 para residencias definitivas.

Desde el Servicio señalan que los analistas de residencias definitivas requieren mayor experticia técnica y entrenamiento (el proceso es más acucioso) y que la glosa presupuestaria 2023 aprobó 24 nuevos analistas para este año que se sumarán desde marzo.

De la mano de la tecnología, Thayer señala que están desarrollando el registro nacional de extranjeros, que va a permitir simplificar las plataformas de análisis e ingreso de solicitudes de residencias temporales y definitivas, el cual espera tenerlo operativo a plenitud en 2023.

En la actualidad, enfatiza, “no existe rezago en solicitudes de residencias temporales, que fueron resueltas en el primer año de gestión en 2022. Cuando asumimos, el servicio tenía un rezago promedio de un año y hoy las tramitamos entre dos a tres meses”.

Modelo boliviano

El director del Servicio de Migraciones en la administración de Sebastián Piñera, Álvaro Bellolio, sale al paso del diagnóstico actual y señala que en 2018, con un presupuesto que era menos del 30% del vigente para el servicio, se resolvieron 438 mil visas y 93 mil permanencias definitivas.

“La queja de que la cola de 300 mil es mucho, significa que no hicieron el análisis de flujos históricos, y que resolver 255 mil visas y 93 mil permanencias definitivas en 2022, con el triple de presupuesto que los años anteriores, es perfectamente normal”, expone.

Sobre las razones del rezago, sostiene que afecta el hecho que “despidieron a los directores regionales, se terminó con los desarrollos informáticos y con gran parte del equipo de modernización, además de priorizar atender presencialmente en carpas en las plazas, abrir un área de género y enfocarse en los ingresos clandestinos, lo que era concordante con las promesas de campaña”.

En su opinión, el Gobierno de Gabriel Boric va en la línea del modelo boliviano de atención presencial en plazas, enfocarse en entregar acceso a jardines infantiles y a salud a clandestinos y no expulsar por ingreso ilegal.

Lo anterior explicó “contrasta con lo de los años anteriores, donde se entendía que no todo extranjero que quisiera venir a Chile debía tener automáticamente una visa sino que se debía ver las posibilidades laborales y regionales, por lo que se enfocó en digitalizar el sistema enfocado en las necesidades de las regiones y que todo extranjero ingresara con visa y RUT”.

Pese a estos reparos, Bellolio valora parte de la gestión de las actuales autoridades: “Un aspecto positivo que han realizado es el trabajo con los municipios y el aumentar la cantidad de funcionarios que revisan las permanencias definitivas, pero claramente los modelos de gestión son distintos”.